lunes, 6 de diciembre de 2010

Ausencia


Desespero hasta llegar a la amargura cuando una y otra vez no dejas de repetirme que no me quieres, y derrepente dejo de ser yo. Me absorven espirales de vértigo cuando siento que soy incapaz de controlar las riendas de mis sueños, que me arrastran hacia ti. Es como si no pudiera controlar ni mi vida.

Y hoy, me he vuelto a despertar con tu olor en mis labios, a pesar del tiempo que hace que ni los rozas. Me derrumba darme cuenta que por más que intento seguir adelante, sigo naufragando en el pasado, con tu sombra pegada a la espalda.

A veces me doy miedo, mi cabeza, mi razón... no sé hasta que punto soy consciente de lo que te digo. Hace tiempo que me abruma la sensación de tener las neuronas divagando en otro pensamiento que no es el mío, otra realidad. Sólo quiero decirte que te quiero, pero al final mis palabras acaban siendo una jarra de agua fría en tu corazón.

Llevo unos días bastante rara... tengo nudos en los pulmones que me duele hasta el respirar, y ríos de nervios recorren mi estómago, esperando un te quiero. No puedo dejar de pensar, de darle vueltas a todo, se me enredan las horas y se mezclan con los días... Los segundos dilatados de un minuto fugaz y las horas efímeras de un día infinito. Las agujas del reloj van girando, y no sé si lo que vivo pertenece a hoy, ayer, o al sueño interrumpido de anoche. Es como si estuviese atrapada en un surco intemporal, en una especie de burbuja donde nada es lógico, donde se mezclan el Sentido y el Sueño. El Tiempo, hace días que se paró a contemplar como poco a poco va desapareciendo mi mundo, vas desapareciendo tú.  

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